La particular obra maestra de Marcus comenzó en el festival Coachella 2010, donde se coló, creando un plan que consistía en fabricar pulseras falsas, conseguir que nadie le descubriese y moverse con su cámara como único objeto personal, ya que de cara a la organización era un fotógrafo. Con unos planes pensados al detalle, el joven productor tomó ese festival como punto de partida, y a raíz de ahí repitió experiencia con numerosos eventos y festivales más como los Grammys, Bonnaroo o al ACL Music Festival.
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