A Pablo Escobar también se le recordará por sus 50 hipopótamos (hippopotamus amphibius) que a día de hoy siguen rugiendo en las inmediaciones de su palacio presidencial, al que se conoce como la Hacienda Nápoles. Escobar nunca pensó que sus hipopótamos cautivos llegarían algún día a poblar los ríos y los estuarios del norte de Colombia. Claro que desde la muerte del narcotraficante sus hipopótamos se han comportado como se comportan todos los animales: multiplicándose hasta establecerse como la especie invasora más grande del mundo.
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