Dos mujeres que viven en una misma casa en la isla de Vancouver Island, parte de la provincia canadiense de Columbia Británica, no pueden desempacar una licuadora que compraron a fines del pasado mes de diciembre debido a que sus tres gatos se apropiaron de la caja con el electrodoméstico ni bien este fue traído al domicilio. Cuando quisieron abrirla, su gato de nombre Max, de cuatro años, se había subido encima y no mostraba ninguna intención de bajarse de allí.
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