La Fiscalía del Tribunal Supremo avisó en abril, junio y septiembre de 2004 al rey emérito de que Corinna zu Sayn-Wittgenstein, a la que había conocido ese año en una fiesta de tiro, no era su esposa. Cada una de esas notificaciones formales se correspondía con unas diligencias previas abiertas por el fiscal Juan Ignacio Campos, que sospechaba que el emérito iba a cometer adulterio.
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