Aunque parezca increíble, una mujer acaba de darse cuenta de que su foto aparecía en Google junto al perfil de una persona fallecida pese a estar vivita y coleando. Otra compró vitaminas prenatales en Amazon y se percató de que otras plataformas se habían dado cuenta rápidamente de que estaba embarazada, antes de que lo supiera siquiera su familia. En efecto, a día de hoy no hace falta sentarse delante de una pantalla para vivir algunas de las peores pesadillas tecnológicas: muchas ya han sucedido.
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