Pese a las evidencias y advertencias anteriores respecto al uso de mascotas domésticas, seguimos observando posturas tercas de parte de aquellos que seducidos por el demonio de zooanimalismo introducen a sus hogares demonios pelihechines de tiernos rostros, narices húmedas y muy oscuras intenciones; que mejor que la advertencia de nuestro Señor respecto a los lobos rapaces, satanás es capaz de imitar a un ángel de luz, mucho más fácil le será encarnarse en la falsa máscara de la inocencia de uno de esos estropajos con ojos.
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