Que la nutrición se cuele en la agenda política es, sin duda, una buena noticia. Camino a ser otro de esos países en los que la comida procesada acaba convirtiéndose en un problema de salud pública, escuchar palabras como “desayuno saludable” y “Senado” en una misma frase invita al optimismo... Sólo el aceite y los frutos secos se salvan en lo que es un mal desayuno de manual, por mucho que la publicidad lleve años convenciéndonos de lo contrario.
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