El panorama consolero arrancaba, en 1998, con tres principales plataformas de sobremesa en el mercado: Saturn, PlayStation y Nintendo 64. De las tres, la que peor posición tenía era, sobre todo en occidente, la máquina de Sega. [...] Pese a que la consola era una auténtica bestia a la hora de albergar juegos en 2D, su compleja arquitectura hacía que programar entornos en 3D en ella fuera un infierno para los desarrolladores [...] La consola de Sony, por su parte, vivía una auténtica época dorada en todo el mundo.
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