Este es un bonobo que charla tranquilamente en la jungla con otro bonobo. «Mira que son extraños los humanos”, le dice a su compi. La conversación llega hasta ahí –muy breve– porque en menos que canta un pergolero satinado se ponen a fornicar para aliviar tensiones. Tras 10 segundos de intensa interiorización, camaradería y romance, continúan la conversación. «Qué, venías calentito hoy». «Es que cuando te veo me pongo malísimo… pero con amor, eh, siempre con amor». «Tranqui compadre, me debes un plátano». Y continúan la charla...
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