Cuando Giuseppe Tornatore escribió «Cinema Paradiso» (1988), lo hizo pensando en crear una suerte de obituario para las pequeñas salas de cine que desaparecían de los pueblos de toda Italia, dejando paso a otras mayores y más modernas. Algo similar ocurre ahora con esas salas de cine que se podían encontrar por las calles de Madrid. Las últimas, anunciadas esta misma semana, son las de los Cines Conde Duque de Santa Engracia y Alberto Aguilera, las cuales proyectarán sus últimas películas el próximo 18 de julio.
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