Situado en una zona gris entre la "pornografía" y "prostitución" es uno de los más extraños negocios de Internet: la venta de ropa interior sucia. Es la nueva respuesta a un fetiche que ha existido desde la invención de las bragas - algunos hombres disfrutan oliendo tangas malcriados, y Internet les ha dado una manera de satisfacer su fetiche sin necesidad de robar ninguno. También da la oportunidad a mujeres de mentalidad abierta de tener unos ingresos extra. En este artículo una de esas mujeres nos cuenta su experiencia.
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