Algunos las califican como fraudulentas. Se refieren sobre todo a la mezquita-catedral de Córdoba, a la catedral de Sevilla, con la Giralda y el Patio de los Naranjos, y a la catedral de la Seo de Zaragoza. Las dos primeras fueron inmatriculadas respectivamente en los años 2006 y 2010, es decir en los años de mi servicio a Córdoba primero y a Sevilla después. Esta circunstancia me autoriza a pronunciarme con conocimiento de causa sobre estos hechos. Lo hago en honor a la verdad para salvaguardar el buen nombre de la Iglesia.
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