Nico Campos, un vegano de 34 años, lleva días negándose a comer para no matar al gusanillo. Este vecino de Barcelona expresa un vínculo emocional muy intenso con los animales de toda condición y lo último que querría es dañarlos. «Me muero de hambre, pero no tengo ningún derecho a matar al gusanillo, que como su nombre indica no es más que un cachorro de gusano», comenta a los periodistas.
|
etiquetas: veganismo , alimentación , maltrato animal