La playa de Tunelboca, una cala casi inaccesible situada en la localidad vizcaína de Getxo, es uno de esos enigmas naturales que necesitan ser palpados para cerciorarse de que no se trata de un decorado de ciencia ficción. Del subsuelo afloran extrañas formaciones rocosas superpuestas unas sobre otras. Son escorias de hierro, parva, ladrillos pulidos, plásticos y diferentes souvenirs de la era industrial bilbaína fusionados en tal magnitud que los geólogos lo veneran como un extraordinario fósil del Antropoceno a cielo abierto
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Tampoco era nada raro encontrar ladrillos (o trozos de ladrillos) entre la arena de la playa.