En los dos bandos enfrentados, la dirección nacional de la calle Génova frente a la sede de la Comunidad en la Puerta de Sol, se dan cuartos al pregonero en forma de insidias y juego sucio de ida y vuelta. El único que se esconde, como queda dicho, es Pablo Casado. Incluso ha suspendido comparecencias públicas que tenía previstas para estos días por no tener que exponerse a las inevitables preguntas sobre su posición en el culebrón madrileño del PP.
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