Sorpresa y malestar en la Unión ante la queja diplomática presentada por Rabat, en la que se atribuye la soberanía sobre las ciudades autónomas, contra la reiterada postura expresada por Margaritis Schinas de que son fronteras de España y Europa. Marruecos parece seguir sin atenerse al compromiso adquirido con España de “evitar todo aquello que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a las respectivas esferas de soberanía”, según anunció el 2 de febrero en Rabat el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Hay en el término un componente ambiguo y a la vez siniestro que parece incluir y excluir todo y nada al mismo tiempo. Los europeos somos una amalgama no bien homogeneizada de etnias, historias, guerras y rencillas vecinales nunca bien resueltas. Nuestra historia es larga y hemos hecho mucho bueno y mucho malo, desde perseguir judíos como si fuera un deporte hasta proteger al débil por encima de todo.

¿España necesita ser rescatada, como decía el tuit de Casado retuiteado por Schinas?, ha preguntado Diego Velázquez, del Luxemburger Wort: «Los miembros del colegio de comisarios», ha respondido la portavoz de la Comisión Europea Dana Spinant, «pueden, en su calidad de políticos, expresar opiniones sobre actividades políticas, o en el marco de las actividades políticas en un Estado miembro. Y no hay que asociar eso con ninguna posición oficial adoptada por la Comisión Europea en relación con elecciones locales, regionales o nacionales».