Hace unos años tuve que descartar un proyectado viaje a la Amazonía brasileña por razones presupuestarias, pero me quedó el prurito de conocer el pulmón verde de la Tierra y cuando se me presentó una nueva oportunidad no la desaproveché. Así fue cómo conocí, breve pero intensamente, el Parque Nacional Madidi, un rincón de la región amazónica situado en el noroeste de Bolivia.

“Madidi se conformó a partir de la hipótesis de que podría ser el área protegida con la mayor diversidad biológica del mundo”. Y, según afirma Rob Wallace, ecólogo que trabaja en la Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje en Bolivia; lo es en cuanto a mamíferos, aves, plantas y mariposas. “Un lugar donde el Amazonas se encuentra con los Andes”. Tiene bosques nubosos, selva de tierras bajas, ríos, arroyos, pantanos. Incluso tiene glaciares.

Una expedición científica boliviana halló una nueva especie de rana en el parque nacional Madidi. El nombre de la rana podría homenajear a sus descubridores, pero también podría ser sometido a una subasta internacional que permita conseguir recursos para apoyar las investigaciones sobre la especie. La directora del Museo de Historia Natural de Bolivia recordó que hace una década investigadores de la WCS encontraron una nueva especie de mono tití en el mismo parque y se subastó el nuevo nombre.

Los dos millones de hectáreas del Parque Nacional Madidi en el oriente boliviano, conservan el enigma sobre la existencia de la tribu de los Toromonas.

Lo que pasó en el Madidi pudo quedar como un secreto de la selva, pero los excursionistas decidieron enviar por internet las fotografías de su travesía. Entonces las imágenes se filtraron por las vías informáticas y se descubrió lo que hicieron ellos y los guías en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Madidi. Aquel día soleado, los “cazadores” israelíes se internaron en la selva armados hasta los dientes.