No te mentiré: esta mañana me sorprendió muy gratamente tu despedida de Menéame. Si antes te había admirado por tu carísmatica inteligencia, tu originalidad y tu valentía (eres de los pocos usuarios de foros de Internet que no se escudan en el anonimato de un alias), con tu cese de esta mañana, con tu dimisión de Menéame, pensé: "Joder, y encima es íntegro, y también tiene dignidad".