Pero solo uno por todo eso y además, lo último, literalmente. Preparaos para una de las historias más locas de los 90. Hoy, en #LaHistorietaMusical, KLF Foundation

Lograron que sus canciones fueran número uno a finales de los ochenta y principios de los noventa, cuando aquello todavía lo significaba todo (prestigio, dinero y atención), han escrito varios ensayos y exponen en galerías, pero aquel 23 de agosto, Bill y Jimmy hicieron una hoguera en el interior de un cobertizo en un pueblo recóndito de Escocia y quemaron billetes en ella hasta que lograron destruir un millón de libras (una cantidad que, según la calculadora del Banco de Inglaterra, equivaldría justo al doble en 2020).

Su salida del negocio se produjo después de una aparición en los premios BRIT de 1992, durante la cual dispararon salvas de ametralladora con munición de fogueo al público y luego tiraron una oveja muerta en la fiesta posterior. Con su salida, retiraron toda su discografía. Drummond y Cauty formaron la Fundación K, que en 1994 incendió un millón de libras esterlinas. Ahora, han lanzado sus mayores éxitos en streaming y en YouTube por primera vez, y han insinuado que habrá más música para este año.

La música disco a veces tiene alma y espíritu, o lo que es lo mismo, genio y figura. Un claro ejemplo es The KLF (Kopyright Liberation Front, o el Frente de Liberación del Copyright) un extraño, enigmático y genial dúo que entre finales de los 80 y principios de los 90, llevaron el acid house británico a la categoría de religión, mediante un complejo trabajo de remezcla y performance.