En la sociedad tahitiana era tradición educar a uno de los hijos varones, normalmente al primogénito, para que cuidase del resto de los hermanos y se encargase de las labores del hogar. Además, será quien asuma el rol de cuidador de los padres cuando sean mayores. Hasta aquí, el concepto nos resulta familiar. Pero ¿y si te decimos que le trataban como a una mujer y se vestía como tal? Representan una figura totalmente afeminada con un amaneramiento muy pronunciado. Debido a la complexión fuerte de las mujeres de Tahití...