En el yacimiento romano de Aquileia se han desenterrado cristales fotónicos. Se trata de cristales, componentes nanofotónicos, con estructura en forma de pilas de Bragg, que filtran y reflejan la luz a nivel atómico de una manera muy concreta, algo a lo que -a priori- suponíamos que los romanos no tenían acceso, ya que hoy día se necesita un sistema de laboratorio muy refinado para producirlos. Su principal uso es militar (camuflaje-invisibilidad). Podría hacernos entender cómo fabricarlos de forma más sencilla y revolucionar esta tecnología.