Al igual que los humanos, los Agapornis disponen de sentidos, no cinco como los humanos pero si cuatro y muy bien desarrollados. Estas pequeñas aves disponen de la vista, el oído, el tacto y el gusto. Como adelantó Darwin allá por el siglo XIX, cada especie animal, debido a su evolución y al entorno en el que vive, tiende a desarrollar más unos sentidos que otros. Esta preferencia por unos u otros sentidos simplemente se ve influenciada por el uso que le dan. Cuanto más y mejor uso les den, más desarrollados se volverán estos sentidos.