El obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, ha afirmado que en el «crimen abominable» que constituye el aborto «intervienen el padre, la madre, la más amplia familia, los amigos, el personal sanitario, etcétera», de forma que «todos somos de alguna manera responsables de este fracaso». «hoy no se lleva llamar las cosas por su nombre y, cuando se mata al hijo engendrado en el seno materno, se habla de 'interrupción voluntaria del embarazo', cuando la realidad cruda y dura consiste en eliminar a un ser humano en el lugar más seguro..."