Los impulsores de Volotea pretenden replicar el éxito de Vueling, que revolucionó en 2004 el mercado aéreo español importando la fórmula ‘low cost’ de Ryanair y easyJet, y, por supuesto, no seguir el camino de otros proyectos aéreos que se han quedado por el camino. Entre 1997 y 2010, han dejado de surcar los cielos españoles más de veinte aerolíneas, la mayoría en los últimos años por la recesión más dura que ha vivido la economía española.