La placentofagia, o comer la placenta después del parto, es una práctica que se ha puesto de moda en los últimos años, promovido en parte por algunas mujeres famosas tras dar a luz a sus bebés. Debido al auge de esta práctica, la ciencia ha querido investigar un poco más sobre la placentofagia y tras una revisión de estudios se ha demostrado que no hay ninguna evidencia científica que avale que comer o beber la placenta después del parto sea beneficioso para la madre o el bebé... Y añade más, podría ser peligroso.

Hay gente que se come la placenta de sus hijos. No es algo realmente nuevo, claro, pero desde hace unos años la placentofagia parece haberse puesto de moda y cada vez son más las personas que la practican. Tom Cruise hizo una broma al respecto hace diez años, lo cual no fue óbice para que algunos lo tomaran tan en serio como para seguir su ejemplo, y Kim Kardashian es otra de las caras conocidas que se han sumado a esta tendencia.

Una doula envía un vídeo a 'Equipo de Investigación' explicando cómo se cocina una placenta recién expulsada de un parto. La doula sabe que la práctica roza la ilegalidad, por eso no muestra su rostro en ningún momento. Asegura que vende a madres recién paridas su placenta convertida en cápsulas para comérsela. Las matronas que investigan a las doulas las acusan de incitar al consumo de placenta.

Después del parto, la mayoría de los mamíferos comen la placenta. La mayoría de los seres humanos no lo hacen. Varias hipótesis han sido sugeridas sobre por qué la placentofagia podría haber tenido valor para la supervivencia evolutiva, pero ¿hay beneficios reales para la mujer moderna? | Artículo en inglés desde un punto de vista crítico.

La placentofagia, (comer la placenta), se comercializan cada vez más como una práctica para las nuevas madres para ayudarles a evitar la depresión postparto y se recuperan más rápidamente después del parto. Via digg...