“La Paris-Roubaix c’est la Paris-Roubaix”, suelen decir aficionados y ciclistas para definir esta prueba legendaria, posiblemente la más emblemática de las llamadas clásicas, una carrera que irradia riesgo, dificultad, belleza e historia por todos sus rincones.

La París-Roubaix es una cita obligada para todos los aficionados al ciclismo, pero es una carrera de especialistas que deja a los demás al nivel de comparsas. Me dirán que el Tour de Francia también es así, pero allí por lo menos hay etapas y cierta variedad en el día a día. Una carrera de un día donde siempre ganan los mismos, con una probabilidad del 80%, no puede ser la mejor carrera del mundo: es un oligopolio con largos periodos de duopolio. El del domingo puede ser el último del actual.

Van Summeren (Garmin Cervelo) gana la Paris-Roubaix en solitario por delante de Cancellara (Leopard) y Tjallingi (Rabobank). Juan Antonio Flecha (Sky) noveno. Incidentes: Una moto atropella a 16 personas en la París-Roubaix (www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=490882)

Fabian Cancellara ha demostrado su autoridad incontestable en la temporada de clásicas 2010 tras conseguir su segunda victoria en la París-Roubaix, esta tarde en el norte de Francia. En una asombrosa exhibición, al astro suizo le bastó con dejar de rueda a sus rivales cincuenta kilómetros antes de la meta de Roubaix, a cuyo famoso velódromo llegó en solitario.