Según ha informado la Real Academia de la Lengua Vasca, su nomenclátor ha aceptado, por primera vez en su historia, nombres sin marca de genero, es decir, que sirven para cualquier sexo. Entre los nombres incluidos se encuentran Abodi, Aiuri, Amaiur, Amets, Araitz, Argi, Bihotz, Garai, Gorbeia, Haize, Iparla, Iraultza, Itzel, Kemen, Larraine, Lizar, Luzaide, Muxika, Pallas o Udalatx.

De 736 placas, ocho correspondían a personajes femeninos y 728, a masculinos. Algunos Ayuntamientos tratan de paliar el desagravio histórico, aunque el porcentaje de hombres sigue siendo abrumador. Éstas son las calles femeninas inauguradas desde 2015.

La calle Cleopatra, la de Bibi Andersen o la dedicada a la mujer más joven con el Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, no existen actualmente en Barcelona.

Ahora que le estamos quitando el nombre a calles y plazas a gente que consideramos que no las merece. ¿Debe dedicarle una ciudad cosmopolita, laica y progresista una calle a un guardia civil que murió crucifijo en mano y gritando "Viva España"?

EL CEJEB (adscrito a la CUP de Berga) acaba de solicitar al Ayuntamiento una modificación del nomenclátor del callejero de la villa en el que se sustituyan los nombres de origen religioso o militar por nombres de “personas realmente dignas”. “En Berga la cultura promovida por las instituciones ha sido siempre conservadora y reaccionaria, lo cual se representa en los nombres de las calles: curas, caciques, militares, nobles y burgueses; básicamente son nombres que avergüenzan a los habitantes de Berga: santos, clérigos, curas, militares (...)".

Un barcelonés recopila los errores, los despropósitos y las erratas de las placas callejeras

La tarde del 11 de septiembre, festividad de la Virgen del Socorro, el hasta no hace mucho párroco de Tejeda, Luis González Hernández, verá cómo destinan una calle a su memoria. Lo curioso es que para poner su placa hay que quitar la de Alfredo Kraus, que la nomina.

De cada 100 calles y plazas de la ciudad de Barcelona, cinco tienen nombre de mujer. El resto, es decir, la gran mayoría, son nombres masculinos y todo tipo de topónimos.