El icónico aspecto de las mofetas está íntimamente relacionado con dicha defensa. Se trata de una señal aposemática, un cartel de advertencia, con el cual esquivar garras y fauces. La eficacia combinada de ambas estrategias, química y visual, se evidencia al constatar que son una presa escasa entre los mamíferos depredadores. Los registros de excrementos de coyotes, pumas, jaguares y gatos monteses, muestran que son un almuerzo muy ocasional, el cual podría ser resultado de la depredación o la carroña

“Uy, qué olor a porro”. Todos hemos dicho esto alguna vez, independientemente de lo familiarizados que estemos con la marihuana. El olor a cannabis es inconfundible y no precisamente agradable. De hecho, hay quien lo compara con el que desprenden las mofetas.

Y fue precisamente la pestilencia que desprende la que hizo que se le acuñase con el término de mofeta, ya que éste era el nombre con el que, en la antigüedad (antes de la creación del Imperio Romano), se conocía en Itálica a una curiosa deidad samnita dedicada a los gases malolientes de la tierra: ‘Mephitis’.

Un vídeo publicado en Youtube muestra cómo un hombre ayuda a una mofeta que tenía la cabeza atrapada en una lata de bebida. "No me rocíes", le pide por favor antes de acercarse a ella.

Breve encuentro entre estos dos animales. (Captura de "Castores", del IMAX)

El aroma que deja el ataque de una mofeta es uno de los peores que se pueden encontrar, y una de sus características más desagradables es su elevada persistencia: cuesta mucho trabajo eliminarlo. Aunque la sabiduría popular ofrece variados remedios, ninguno destaca por su efectividad. Aquí hay una receta que si se utiliza con rapidez, puede eliminar la mayor parte del olor. Y en este link se explica cómo funciona: home.earthlink.net/~skunkremedy/home/sk00003.htm

«Esperaban gases lacrimógenos y balas de goma y, en cambio, les llegó un pútrido líquido amarillento, bautizado como 'mofeta' y que es la última arma de Israel contra las manifestaciones palestinas en Cisjordania. Se trata del 'mofeta', la nueva arma israelí contra las protestas populares, que toma su nombre del homónimo animal fétido. [...] Según el ejército israelí, el 'mofeta' es más eficaz que las armas tradicionales antidisturbios, ya que éstas pueden matar o herir gravemente, como sucedió en el caso del adolescente Yussef Amira.»

En el Zoológico de Járkov llamaron Bush y Clinton a un par de mofetas regaladas. Según dijo a RIA Novosti su director Alexei Grigóriev, ningún otro Zoológico de Ucrania tiene tales animales. Los nombres les inventaron los habitantes de la ciudad que participaron en un concurso declarado con este fin. "En la naturaleza, las mofetas se encuentran con la mayor frecuencia en América del Norte. De allí provienen sus nombres"