Son las diez de la noche y la escollera asiste a una imagen demasiado cotidiana en Melilla. Diez inmigrantes recorren el desfiladero de rocas en la oscuridad, guiados por la luz tenue de las farolas del puerto, los focos de las linternas de los guardias civiles y el ansia de pisar tierra firme. Al llegar al muelle, ateridos de frío, se despojan de la ropa mojada y los flotadores de plástico.. Unos metros más atrás, dos chicos permanecen de pie, apoyados en una verja, ajenos a los flashes y las luces. ..escondidos entre las rocas para colarse..