En octubre de 1855, Victor Hugo llegó a la lluviosa y ventosa Isla de Guernsey buscando refugio. Feroz opositor del segundo imperio de Napoleón III, había sido desterrado primero de su Francia natal y luego de Bélgica y la isla de Jersey. Por la época en que puso pie en esta pequeña isla cercana al Canal Inglés, el escritor andaba desesperadamente en busca de asilo.