En 1927, el profesor Thomas Parnell (5 julio 1881 – 1 septiembre 1948) intentó demostrar que existen sustancias que parecen sólidas pero en realidad son extremadamente viscosas. Para ello, utilizó un embudo especial y brea. A temperatura ambiente, este residuo de hidrocarburos tiene toda la apariencia de un sólido que puedes romper en pedazos con un martillo. Pero en realidad es un líquido, aunque 100 mil millones de veces más viscoso que el agua. El experimento comenzó cuando Parnell vertió brea en un embudo y esperó tres años, hasta 1930...