«He tenido que cagar en este arbusto de aquí, como una alimaña del bosque, y secarme con una servilleta de mi bar, de esas de celulosa», protesta el hostelero, aún en cuclillas y parapetado detrás del follaje. «No es ya una cuestión de apoyar a la hostelería, es un tema de reciprocidad. De dejar que cague una princesa en tu bar sin siquiera consumir y esperar a cambio un trato semejante. Un día por ti y otro por mí. Pues resulta que no, que aún hay clases».

La Familia real tuvo que hacer un alto en el camino ante la indisposición de la heredera, que aún así se fotografió sonriente con el personal del restaurante.

Encontrar aparcamiento en una gran ciudad a altas horas de la noche puede convertirse en una auténtica pesadilla. Si no, que le pregunten a un joven gaditano que se encontraba al borde de la desesperación cuando no podía aparcar su coche tras llegar de trabajar.

En el mundo, existen diversas formas de saludarse que van más allá de la palabra. Dar un abrazo o un par de besos en las mejillas son algunos de los gestos que empleamos cuando vemos a un amigo o nos reunimos con alguien que acabamos de conocer. Hay uno, sin embargo, que se repite en muchas partes del globo. Lo vemos cada vez que dos empresarios cierran un acuerdo comercial o cuando un jefe de estado recibe a otro en la casa presidencial. Hablamos del apretón de manos, un gesto tan antiguo como la mismísima civilización.

Existen diversas teorías sobre los orígenes del apretón de manos. La más popular es que empezó como un gesto de paz: demostraba que no se sostenía un arma y al mover las manos arriba y abajo se aseguraba uno de que el otro no llevaba nada escondido en la manga. Este gesto aparece ya en cerámicas y lápidas griegas que muestran a dioses cerrando tratos, guerreros que marchan al combate y almas de los difuntos que llegan al inframundo. También los romanos lo hacían cuando dos conocidos se encontraban en el Foro, en el Senado, en una celebración.

Ha llegado el momento de abandonar el vetusto apretón de manos (del tan español besuqueo en las mejillas, mejor ni hablar) y reemplazarlo por estos saludos alternativos. Esta divertida viñeta de Walter Cotte muestra otras posibilidades para saludarse sin arriesgarse a un contagio del temido virus. A saber: el “hola que tal” sin contacto físico, el “wai” oriental, el codazo viril o el “pie con pie”. Solo falta el cachete con cachete y ombligo con ombligo.

Una mujer de Florida, EEUU, estruja los cojones a su novio en medio de una acalorada discusión.

Un estudio revela que los hombres que lo dan con más fuerza tienen más probabilidades de tener pareja estable

Es uno de los gestos corporales más habituales de la etiqueta social en todo el mundo -quizá no lo bastante- y resulta tan expresivo que los diseñadores gráficos suelen recurrir a él para logotipos empresariales e institucionales como símbolo de acuerdo y concordia, al igual que hacen también los fotógrafos. El apretón de manos es un sencillo ritual que abre el camino al entendimiento entre personas -un camino que luego no siempre se recorre dentro de sus cauces-, pero su sencillez esconde aspectos mucho más amplios y complejos.

El presidente de Estados Unidos se caracteriza por sus peculiares apretones de manos, ya que cada vez que se reúne con un líder mundial acaba sacudiéndolos, tocándoles demasiado o dando alguna que otra palmadita.

La visita de Trump a Francia nos ha dejado está curiosa anecdota.

Hasta 30 segundos ha tenido Trump agarrada la mano del presidente galo en su despedida tras finalizar los actos por el 14 de julio, fiesta nacional francesa, y en la que se ha conmemorada con una muestra de poderío militar la entrada de EEUU en la primera guerra mundial. El vídeo, que ha corrido como la pólvora por las redes sociales, no tiene desperdicio. En él se observa a pobre Macron intentando mantener el tipo, incluso llegando a desequilibrarse, ante el agarrón de Trump.

Trump suele agarrar fuerte la mano de su interlocutor y estirarla. Puede interpretarse como un acto de fuerza. El macho alfa que marca el territorio antes de comenzar la negociación. Que señala a las claras quién es el más fuerte en la sala. Quién manda. Macron, en su primer encuentro cara a cara con Trump, el jueves en Bruselas, iba preparado, según revela en una entrevista con Le Journal du Dimanche. No dejó que Trump le estirara la mano: fue él quien la apretó fuerte y durante unos segundos no le soltó. En francés. www.lejdd.fr/polit

El holandés tuvo que pararse durante un minuto a falta de 30 kilómetros. Un percance intestinal le hizo perder algo más de dos minutos, pero sigue líder. Vincenzo Nibali se llevó la etapa al imponerse en la meta a Mikel Landa.

Viñeta de Bernardo Vergara sobre el apretón de manos entre Rajoy y Rivera.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha declarado sentirse "satisfecho" tras el acuerdo de investidura alcanzado con el PP. "España lleva un año sin Gobierno. Hace unas semanas Ciudadanos tomó una decisión: desbloquear este país", ha explicado el dirigente tras sellar el acuerdo con Mariano Rajoy.

Las células T, los guardias de seguridad del sistema inmune, usan un tipo de "apretón de manos" mecánico para probar si una célula es amiga o enemiga. Mediante un microscopio ha sido observado por primera vez en un experimento. "Y hemos demostrado que estos apretones son fundamentales para el proceso en que una célula T decide si va a iniciar una respuesta inmune. Un apretón que libera fácilmente, similar a un apretón de manos ocasional, indica que es amigo. Un enganche más fuerte indica un enemigo" dice Khalid Salaita de la Universidad Emory.

Un conductor vigués, multado con 200 euros por estacionar en un paso de cebra en Lubián. "Me estaba cagando", argumenta

"Nos hemos dado un apretón de manos en privado. No le den más importancia a la foto porque creo que no la tiene. Ha sido una reunión útil". Pedro Sánchez también ha contestado en referencia al tuit que contradecía a sus palabras asegurando que desconocía dicho tuit y que los community manager "van muchas veces más deprisa que los jefes" | Relacionada: www.meneame.net/story/psoe-sobre-rajoy-sabiamos-no-era-politico-decent

Ya sabes que tocar el hombro puede crear empatía instantáneamente, a menos que se utilice en un contexto competitivo; pero si quieres transmitir poder y dominio sobre la persona a la que estás saludando, recuerda acompañar el apretón firme con tu mano izquierda sobre su hombro (no a un lado del hombro, eso es ser amistoso), y muy importante: separando el pulgar de los demás dedos. Es una acción que proyecta propiedad (como si estuvieses agarrando algo que es tuyo). Úsalo con sabelotodos y personas soberbias; eso les bajará un poco los humos…

Nadie por aquí, nadie por allí ...

Sobre el papel del apretón de manos en las interacciones humanas hay muchos trabajos en psicología y todos muestran la importancia del contacto físico en nuestra confianza en el otro. El peso del contacto humano es tal que algunos trabajos demuestran que los camareros que tocan casualmente a sus clientes —incluso aunque estos no sean conscientes— reciben mayores propinas.

El problema no es tanto el dónde sino el cómo. Para mí cagar, sobre todo teniendo que como fuera de casa 5 días a la semana, se convierte en un asunto prioritario en ese momento del día en el que la fibra que has consumido, misteriosamente, en vez de convertirse en un fabuloso jersey, se acaba convirtiendo en mierda.

Apretón de manos entre Viktor Mihály Orbán (Primer ministro de Hungria) y Jean-Claude Juncker (Presidente de la Comisión Europea).

En el mundo, existen diversas formas de saludarse que van más allá de la palabra. Dar un abrazo o un par de besos en las mejillas son algunos de los gestos que empleamos cuando vemos a un amigo o nos reunimos con alguien que acabamos de conocer.