2:30 a.m. Y no puedo dormir... ya no pienso, ni veo, ni escucho, solo estoy hay, sin poder unir mis parpados, mientras que con eufórica serenidad las flematicas manecillas del reloj se mueven a un paso, cada instante mas lento, hasta que sea imperceptible su pusilánime desplazamiento, a veces en ocasiones miro y creo que van hacia atrás, pobre de mi…