Para poder hacer unas patatas fritas perfectas sólo hay que controlar cinco puntos clave. Primero, que sean una variedad especial para freir, parece obvio, pero muchas veces pasamos por alto este punto. Segundo, lavarlas una vez cortadas, dejarlas en remojo para quitarles el almidón, ya que es este último el que impide que queden crujientes, y secarlas muy bien. Tercero, freírlas en pequeñas tandas. Cuarto, dejarlas enfriar completamente. Finalmente, freírlas otra vez a temperatura superior, lo que hará que queden crujientes por fuera.