[c&p] Estas dos mujeres madrugan para recoger el asfalto de desecho que sale de las grandes obras, se rebuscan un transporte económico y luego, con sus delicadas manos, se ponen en la tarea de picar en pedacitos el asfalto. Se 'comen' las ganas de responderle a uno que otro conductor que las juzga sin saber por qué están ahí. Otras veces queman madera para fundir material en una batea y esos días llegan a su casa sin poder respirar bien y con el peso de una jornada que les deja 30 mil pesos para sobrevivir ...