"Jenni, que te mueres, cúbrete la cabeza", dice la víctima que pensó cuando vio que tanto la progenitora como su hija de 17 años la estaban apuñalando con un cuchillo y un destornillador

Juan José Lara, el agente de la Policía Nacional de 40 años que falleció este domingo en Andújar (Jaén, 36.000 habitantes) cuando acudió a mediar en una riña vecinal, murió por un disparo accidental y fortuito que le impactó en el abdomen, y no, como se dijo en un primer momento, por las puñaladas de un vecino al que el agente muerto, su compañero de patrulla y dos miembros de la Policía Local pretendían reducir, según se desprende de los primeros resultados de la investigación.

Llevaba varias semanas acudiendo todos los días al parque en el que ha tenido lugar el ataque. Había obtenido el estatus de refugiado en Suecia, el pasado 26 de abril, donde residía desde el año 2013 tras emigrar desde su país de origen. Gracias a ese estatus de refugiado en Suecia, podía moverse libremente por todo el espacio Schengen. El detenido estaba casado con una mujer sueca, con la que tuvo un hijo hace tres años. Además, en su solicitud de asilo se declaró como cristiano de Siria y llevaba una cruz cristiana en el momento del arresto.

Un joven de 20 años y con el que no tenía ningún tipo de vínculo le atacó la pasada madrugada en plena calle y sin mediar palabra.