Todo acontece para hacer de J. K. Rowling un símbolo mediático de nuestro tiempo, desde su estatus de triunfadora como una de las personas más ricas del momento, cosa que gusta a la mayoría de la gente, como a su pasado de mujer de la ordinary people en paro, que también gusta, sobre todo si, luego, la cosa tiene un final tan feliz como el presente que parece gozar nuestra autora.