Cuando la crisis entró en su fase más dura y empezó a deteriorarse aceleradamente el mercado laboral, allá por 2009, los desocupados alcanzaron en septiembre la cifra de 3.709.447. Pero, al menos, una amplia mayoría cobraban el paro; concretamente, 2.658.507, es decir, el 72% del total, casi 20 puntos porcentuales más que ahora. Hoy, pese a haber aumentado en 738.203 el número de desempleados, disponen ese beneficio 267.304 menos.