El número dos del PP vasco no se esperaba que Arantza Quiroga lanzara el arriesgado órdago de plantear romper el tándem que habían formado hace nueve meses tras la abrupta marcha de Antonio Basagoiti, a sabiendas de que una parte importante del partido, en especial el sector alavés, considera imprescindible que continúe como secretario general tras el congreso de principios de marzo. El posible relevo de Oyarzábal preocupa en la sede del PP en Madrid, que preveía una balsa de aceite y no un cisma interno.