Por consiguiente “señor rey”, le exijo en mi nombre y en el de mis hermanos que abandone su trono, pues como empleado nuestro que es, no ha cumplido sus funciones correctamente, por lo que usted y su denso equipo de súbditos quedan despedidos. La empresa se cierra de por vida; ahora nos toca respirar a nosotros después de siglos enterrándonos en lágrimas, sangre y terror. Jaque mate rey de la corona de hojalata, jaque mate rey de nadie.