Durante los días que el rey Juan Carlos I estuvo con Videla desaparecieron al menos 10 ciudadanos. Imposible que el monarca no oyera los gritos que ya circulaban por el mundo entero. Si no nos desaparecían a todos era porque en Francia, Holanda, Bélgica, Suecia, Suiza y algún otro país hacían el seguimiento de todos nosotros, y no se atrevían a cargarse con ese escollo. Si no nos mataron a todos, fue por la presión internacional. Y entonces, ante el aislamiento internacional y las denuncias de desapariciones y cárceles clandestinas que corrían.