Hoy en día, resulta incuestionable asociar una aplicación creada por una gran empresa, con la seguridad. ¿Cómo van a tener empresas como Facebook, WhatsApp, Twitter, [inserte el nombre de otra gran empresa aquí] fallos de seguridad en sus megalíticas aplicaciones? ¡Comprometerían la confidencialidad de miles de millones de usuarios! Pues mientras las aplicaciones sigan siendo programadas por personas, siempre serán susceptibles de contener un bug o una funcionalidad mal pensada o no deseada.