"Hay que estar animado". "Si eres fuerte, lo superarás". Esto es de lo primero que oyen muchas personas que han recibido el diagnóstico de un cáncer. Con la mejor intención, familiares y amigos –y, muchas veces, el propio afectado– ponen en la actitud del enfermo un componente curativo que esta no tiene. Pero "no existe ninguna evidencia científica de que una buena actitud influya en el proceso. Las células no lo notan", dice Patricia Bressanello, psicooncóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).