Los jóvenes son una fracción del electorado mucho menor, que la que eran sus padres a la misma edad. Los de 18 a 34 años han pasado entre 1980 y ahora de ser el 35% de los votantes al 21% y los mayores de 65 han pasado del 16% al 25%. Y esta transición demográfica no ha terminado aún. Además, los jóvenes, antes como ahora, votan menos que los mayores, con lo que su peso es aún menor. Para colmo, llegar a los jóvenes en campaña es difícil porque no usan medios tradicionales y es muy costoso apuntar a ellos en redes. Para los mayores basta la