La vecina de habitación de don Pedro se extrañó aquella tarde de que no le había oído en todo el día. A sus casi 100 años, la menuda mujer salió al pasillo de la residencia en su silla de ruedas y tocó la puerta, pero una cuidadora la vio y le pidió que volviera a su dormitorio. Don Pedro está muy malito, le dijo. Preocupada, la mujer agarró su teléfono para avisar a los familiares de Pedro Calvo. Fue el lunes 6 de abril a las nueve de la noche y de esa forma supieron que don Pedro había enfermado.
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