La asociación trabaja en Kiev y se encarga de rescatar mascotas atrapadas o abandonadas en pisos por la guerra. "Lo impactante llegó en las ciudades bombardeadas", asegura. "Al principio, solíamos ir a esas zonas a patrullar y recoger animales heridos o a alimentar mascotas sin hogar pero, al no haber casi gente en esas zonas, los gatos se acercaban al coche y a los patrulleros. Era como si supieran que habían venido a salvarlos".
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