Ya sea en el ámbito de la pareja, de los grupos de amigos, elegir tiene su coste y no es necesariamente fácil. Ahora, un estudio realizado por un equipo de investigadores del ámbito del marketing y la economía ha mostrado que no declarar nuestras preferencias puede acabar lastrando el bienestar del grupo. Y perjudicando la percepción que tienen de nosotros los demás.
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