Llueve sobre mojado, tanto en lo literal como en lo metafórico. En lo literal porque ha vuelto otra Dana y en lo metafórico porque ha vuelto también la misma conducta ante la tragedia que recordamos de otras veces: la del 11M, la del Yak-42, la del Prestige, la del Metro de Valencia. Hilillos de infamia que embarran lo que tocan. Ahora resulta que Mazón estaba en su sitio y dio la cara en todo momento y la culpa siempre es de los otros. Insultos a la inteligencia después de la incapacidad manifiesta.