Cuando el padre de Brryan Jackson le inyectó sangre infectada con VIH esperaba no verlo crecer. Más de dos décadas después, sigue lleno de vida y dispuesto a hacer justicia. Jackson está aquí (en el Departamento de Cárceles de Misuri) para leer una declaración que asegure que su padre permanezca tras las rejas por el mayor tiempo posible. Un conjunto de palabras que no creía iba a tener la oportunidad de leer... en julio el Departamento de Cárceles, le informó que se le había negado la libertad bajo palabra a su padre por otros cinco años.
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