El amor es deseo, otra forma de consumo, como reconoce Isaac Rosa en Feliz final. Elegimos el amor como quien elige “chicken or pasta” en un vuelo transoceánico. Buscamos la rentabilidad en nuestra elección sentimental antes de empezarla. Seleccionamos a Stefano, Bosco u Özden con el móvil mientras buscamos peli en Netflix, enumeramos la lista de la compra, escribimos “¿Nos vemos luego? Te quiero”, para después responder a un email de trabajo y comprarnos unas bragas nuevas.
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